Casi un año ha pasado ya desde el último post y casi un año desde que nació nuestro tercer hijo.
Tanto tiempo y tan poco a la vez ¡Qué rápida se pasa la vida!
Desde hace casi un año somos familia numerosa, pero una familia numerosa un tanto especial.
¿Quieres saber por qué?
Porque nuestro tercer hijo, nos ha abierto los ojos, la vida y el corazón a una nueva realidad que desconocíamos.
Nuestro niño es un bombón de ojos azules que nos tiene enamorados a todos (y no sólo a su familia, doy fe) y que tiene una particularidad que le hace más único, si cabe, de lo que ya lo somos cada uno de nosotros por el mero hecho de haber nacido.
Nuestro bebé tiene un cromosoma más en el par 21 ¿Qué significa esto? Pues significa que nuestro hijo tiene síndrome de Down.
El hecho de que nuestro hijo haya nacido con síndrome de Down ha supuesto un cambio importante en nuestras vidas (para bien). Han sido varias las etapas por las que hemos pasado este año, pero eso te lo cuento otro día que si no, me lío.
Hoy lo que te quiero contar es que nuestro hijo es un regalo para nosotros, su familia, pero también para todo aquel que se cruza en su camino. Son muchos los testimonios y las cosas bonitas que el Señor está haciendo a través de él en muchas personas.
Como te decía, lo que hoy te quiero contar es que para nuestra familia es una gran alegría que Álvaro esté en nuestras vidas porque las hace más humanas y eso nos acerca un poquito más a Dios.
Los detalles de su llegada, de la noticia y de las aventuras durante estos primeros meses, te los cuento otro día. Éste, ha sido un año muy intenso en el que hemos vivido muchos acontecimientos y ha hecho que no pasara mucho por aquí. Sin embargo, he vuelto con ganas de compartir muchas cosas y una de ellas es ésta: la Gracia que nuestra familia ha recibido con el nacimiento de nuestro tercer hijo y su cromosoma extra, el cromosoma de la inteligencia emocional, que transmite amor y esperanza.
Casi un año después del nacimiento de nuestro hijo y habiendo pasado ya por varias etapas, puedo decir que me siento, de verdad, bendecida por la vida de mi hijo y siento que el señor ha querido hacerse presente en nuestra familia de una manera muy especial. Nos ha elegido para mostrar al mundo su bondad y su misericordia y para hacernos más felices y llenarnos de amor y esperanza. Sentimos más que nunca, que Dios está con nosotros a través de él.
Estoy convencida de que el nacimiento de nuestro hijo, como el de otros tantos como él, no es una casualidad, tiene un sentido. Tengo la certeza de que Dios así lo ha querido y lo ha querido para algo, aunque ahora no sepamos muy bien para qué. Pero lo iremos descubriendo poco a poco, estoy segura.
Como decía al principio, desde hace algo más de 11 meses somos una familia numerosa, una familia especial y una familia feliz, con nuestros miedos y nuestras incertidumbres, con nuestras luces y nuestras sombras, pero felices por tanta gracia recibida. Y queremos compartirlo contigo.
Y tú, ¿conoces a alguien con Síndrome de Down?¿Tienes una familia especial por algún motivo? Me encantará que nos lo cuentes. ¡Anímate!
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Muchas gracias por compartir vuestra alegría por un hijo tan bonito bonito bonito, ¡doy fe!
ResponderEliminarNo sé si lo he pensado siempre o lo he ido descubriendo con el tiempo y los ejemplos que la vida me ha puesto delante (creo que, más bien lo segundo). Pero ahora estoy segura de que las familias a las que llega un hijo especial o a las que les sobreviene una enfermedad o circunstancia especial, son familias elegidas.
¿Para qué? Solo Él lo sabe, pero es algo que se nota, que se respira, que transmite algo que otros no tienen y que sirve de "estrella de Belén" para guiar hacia algo. Y ese algo debe de estar muy relacionado con el amor, ¡pero AMOR con mayúsculas!, porque es lo primero que se siente cuando uno se acerca a familias así.
Me ha encantado lo del "cromosoma de la inteligencia emocional", ¡me lo apunto!. Vivimos pensando que no tener problemas nos hace disfrutar más de la vida. Y veo que no es verdad. La vida siempre tendrá un final, para unos antes, para otros después,pero saber vivirla emocionalmente, disfrutarla a pesar de las dificultades y "aparentes" dificultades, recibir una sonrisa de un amor y una alegría tan puros como el que irradia Álvaro (y el es solo un ejemplo) te hace sentir tocada por el Amor (por Dios) en lo más profundo. Y, de repente, todo tiene un sentido mejor.
¡Felicidades por ser familia numerosa y elegida!
Muchas gracias, Silvia. Me han emocionado tus palabras. Gracias de corazón por tanto y, también, por dejar tu comentario.
EliminarUn fuerte abrazo.