Cuando tenemos que hacer un regalo, no siempre es fácil saber qué regalar y le damos muchas vueltas a la cabeza para encontrar algo original, diferente y que sorprenda.
Dice Juan Manuel en su artículo No sé qué regalar (que os recomendamos leer): ¿y si me regalo yo mismo? Porque, en verdad, ¡eso somos!, ¡un regalo! Cada uno de nosotros, sin excepción, somos un regalo único, sorprendente, exclusivo, irrepetible y valioso. Un regalo que podemos entregar a muchas personas. En primer lugar, a nosotros mismos. ¡No es un pensamiento egoísta! Soy un regalo para mí mismo, de parte de Dios.
Y qué cierto es esto que afirma Juan Manuel, nosotros somos un regalo para los demás y los demás son un regalo para nosotros. Si no perdiéramos de vista esto, nuestras relaciones con el prójimo, con nosotros mismos y con Dios serían distintas, serían mejores.
Este año que estamos empezando, te invitamos a que te regales a los demás, que sepas que Dios te ama con tus defectos y con tus virtudes y que aceptes el regalo que Dios pone en todas y cada una de las personas que te rodean y le recibas a Él en cada uno de ellos.
¿Te animas a ser regalo de Dios?
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