Sin embargo, a veces, no es fácil encontrar las palabras para pedir por ellos y con las que dirigirnos a Dios.
Por eso, hoy os traemos esta bonita y sencilla oración que esperamos os lo facilite.
Os invitamos a que la recéis juntos, los esposos, a que juntéis vuestras manos y a una voz la recéis en alto si es posible y si podéis rezarla en presencia de vuestros hijos, estoy segura de que será un bien para toda la familia y mucho más enriquecedor para todos.
Todo padres hablará a sus hijos acerca de tu fidelidad. (Isaías 38,19)
Señor, Padre todopoderoso,
te damos gracias por habernos
dado estos hijos.
Es una alegría para nosotros,
y las preocupaciones,
temores y fatigas que nos cuestas,
las aceptamos con serenidad.
Ayúdanos a amarlos sinceramente.
A través nuestro has creado su vida;
desde toda la eternidad tú los conocías y amabas.
Danos sabiduría para guiarlos, paciencia para instruirlos,
vigilancia para acostumbrarlos al bien
mediante nuestro ejemplo.
Fortalece nuestro amor
para corregirlos
y hacerlos más buenos.
Que el Espíritu Santo derrame su gracia
para que sepamos acompañar a nuestros hijos
en el plan que Dios les ha preparado.
Enséñanos, Tú, Padre bueno
por los méritos de Jesús
tu Hijo y Señor nuestro.
¿Rezais con vuestros hijos? Si no lo haces, ¿por qué no empiezas hoy?
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